Debe ser lo más contundente e inocuo al mismo tiempo. Eso de no referirse a lo que de verdad se quiere dirigir la mirada: la percepción de un imperceptible ácaro en la cima de un árbol milenario.
Me gusta saber que a veces cuando el insomnio se convierte en inspiración, puedo arrancarme a estos lugares a dejarla descansando. Hay una canción de amaral que dice que hay una sola vela encendida sobre la torta y se quiere consumir. ¿Realmente esa vela se quiere consumir? ¿ o es que quizás está esperando que la salven a tiempo y la soplen? Hay cosas que no hay para que saberlas y basta con quedarse con aquella imagen. Así es la felicidad cuando quiere ser por ejemplo.
En el tiempo del mundial del '98 me sabía el nombre de todos los jugadores de la competición, los árbitros que participaban, los nombres de los técnicos y llevaba una bitácora de los partidos. Iba en tercero básico y no me iba muy bien en matemáticas. Pero era feliz anotando resultados y dejando borrones en las tareas de multiplicación con reserva. En ese tiempo también mi familia era diferente. Viviamos en Ovalle. Mis padres seguían juntos, mis hermanos eran muy chicos y yo me creía Zamorano. Nunca hubiera imaginado que algún día iba a terminar siendo el rostro de un moderno plan de transportes :P.
Ya han pasado ocho años aproximadamente, y todo ha cambiado, o bueno casi todo (A).
Mis papás se separaron hace 6 años, mis hermanos chicos ya no son tan chicos, y yo no me creo nada. Podría escribir tantas cosas a raíz de esto, pero lo más probable es que me alargaría demasiado, e incluso más que en estos precisos instantes.
Sigo siendo feliz. Escribiendo poesía en mis cuadernos y publicando algunos poemas en un blog y dejando rayones y marcas de corrector en todo el cuaderno de matemáticas. Perteneciendo a un grupo humano generacional llamado Grupo De Teatro Lastarria, tomando fotos, recogiendo historias, y no conformandome con una vida común. Todas las cosas que me han tocado vivir han hecho del sujeto autodenominado como Voknahelio lo que es y será.
Y debe ser por eso que a veces me gusta sentarme a escribir con una cuota de insomnio y somnolencia al mismo tiempo. Cuando tenga un hijo le voy a decir que deje todo botado y viva de la poesía.
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